29 octubre, 2008

Se llamará...

¿Comienza el mismo libro en su título, o ese título presenta o resume el contenido?

Llega a ser tan importante el título, que es necesario reflexionar un tiempo sobre cual escoger, porque de ello puede depender que permanezca o no en las estanterías de las librerías.

El título pues, ¿se crea para el público o para uno mismo? ¿Le estamos poniendo nombre a nuestro “bebe” o a un producto para la venta? Creo que el título, pese a ser elegido pensando en las ventas (generalmente), lo creamos sintiéndolo muy nuestro (cómo no). Será el título de una obra que siempre recordaremos, se venda mucho o poco.

Escoger es complicado, y a cada escritor le puede ser más complejo, o llevarle más tiempo decidir. A mí me resulta francamente sencillo, la verdad. Muchas veces, incluso antes de comenzar a escribir nada, simplemente hago un batido con todas las ideas que tengo sobre ese futuro proyecto literario, y consigo así el título. Y creo que es la mejor manera, pues es la esencia. Aunque no hay que olvidar añadirle una pizca de ingredientes como la intriga y la extrañeza que hagan fijarnos en ese título sobre los demás.

1 comentario:

Ippolita dijo...

Yo creo que, a diferencia de los niños, los libros deben ser nombrados una vez escritos. ¿Cómo saber lo que generaremos de antemano?
Yo, por lo general, con los textos cortos y con los extensos, dejo que la pluma haga su tabajo y cuando la criatura está terminada le hago la gran pregunta: ¿cómo te llamas?