Si los animales hablaran… ¿Qué ocurriría?
En la literatura fantástica es frecuente encontrarse con animales o seres parlantes. Pero no solo hablan, sino que lo hacen de forma similar o igual al ser humano en cuanto a expresión. Son, por así decirlo, humanos con forma animal.
En los libros se suelen excluir las situaciones en la que dichos animales parlantes mueren para ser comidos. Y es que, aunque sean omitidas, muchos morirán por la supervivencia de otros.
Si todos los seres hablaran, los cazaríamos para alimentarnos, ¿no? O tal vez nos lo plantearíamos. ¿Elegiríamos no matar y buscar otro modo de supervivencia?
Tal vez, aunque los animales hablaran con voz humana, los comeríamos si se descubre que carecen de raciocinio o pensamiento. Los animales tienen un modo de comunicarse, por lo tanto, aunque no hablan con voz humana, nos comemos a seres que son capaces de comunicarse; Que ya es algo.
Para hablar es necesario pensar. Los animales, ¿piensan? Si se comunican, piensan, ¿no? Con ese planteamiento, quizás uno diría que si. Pero en realidad no es cierto. El uso de las palabras influye mucho, y puede llevar a un incorrecto planteamiento.
La comunicación animal es instintiva; Se produce por estímulos externos. Desde el nacimiento conocen las señales que deben realizar para comunicarse, y no suelen crear otras nuevas. Por otro lado, los humanos tenemos un lenguaje estructurado; Podemos hablar en varios tiempos (presente, pasado, futuro); y además somos creativos. Con un determinado número de palabras somos capaces de construir infinitas expresiones con significados según el lenguaje o idioma.
Somos lo más ¿eh?
Por lo tanto, en el mundo real los animales no tienen la facultad de pensar como nosotros lo hacemos; no son racionales. En la literatura sí, en cambio.
Dejando a un lado el mundo real, en el que mataríamos a un amigo por la supervivencia (como en numerosos casos de canibalismo en situaciones extremas), y yéndonos al mundo fantástico y literario, ¿comeríamos a seres que hablan y piensan? Yo creo que si. Y aunque a quienes no hemos matado en su vida una vaca para comer, nos pensáramos mucho el matarla o no, al final estoy seguro de que la mataríamos. Somos animales, y el instinto prevalece (casi siempre).
No morir para subsistir, pero si matar para sobrevivir. Que extraño suena.
¿Acabaremos algún día matándonos por llevarnos algo a la boca?